Upcycling, mucho más que reciclaje
Es una nueva práctica que consiste en usar sobras o materiales desechados para hacer nuevos productos. La práctica, ya muy establecida en muebles y ropa, ahora se traslada a la producción de alimentos, donde crece rápidamente en Europa y Estados Unidos.
El mercado del upcycling en alimentos tuvo en Estados Unidos un valor de casi US$ 460.000 millones en 2019. El número de compañías estadounidenses que se especializan en alimentos fabricados con desechos de otros saltó de casi 11 en 2011 a 64 en 2017 y para 2022 más de 140 productos de almacén certificados como “upcycled” salieron a la venta en supermercados y online.
El proceso en pequeña escala existe desde hace ya un tiempo. Los carniceros usan recortes de carne para hacer salchichas y los productores de fruta usan unidades imperfectas para hacer mermelada o barritas frutales, por ejemplo.
Pero el concepto se expande. A medida que el tema de la sustentabilidad y reducción de residuos se vuelven más prioritarios para las compañías que se han impuesto metas climáticas como las fijadas en el Acuerdo de París de 2015, los negocios se diversifican y exploran nuevas maneras de transformar lo que tradicionalmente eran subproductos de poco valor en alimentos nutritivos y de alto valor.
La cervecera multinacional ABInBev está construyendo dos instalaciones en Estados Unidos y Bélgica por un valor total de US$ 200 millones para procesar la cebada que antes se descartaba o se usaba para forraje animal. La proteína y la fibra extraída del grano usado se venderá para establecer compañías como Nestlé, que proyecta transformarlas en suplementos dietarios.
La idea de utilizar productos descartados de la producción de alimentos para su posterior transformación también inspiró a varias startups, Fundada en San Francisco en 2013, Regrained ha recibido millones de dólares de financiamiento para convertir residuos del proceso de la cerveza en harina, snacks y fideos.-
Otra compañía en Oakland California, Renewal Mill, fabrica harina, preparados para tortas y polvo de hornear a partir de Okara, una proteína que se obtiene en los residuos de la producción de leche vegetal y tofu.
No obstante, producir un producto exitoso con este procedimiento exige mucha habilidad y capacidad técnica. Otro posible problema es el costo ambiental del procesamiento y transporte. Pero eso podría se compensado por la reducción del desperdicio de alimentos.