Recuperando CO2 atmosférico para salvar el planeta
- ¿De qué se trata?
El dióxido de carbono ambiental (CO₂) se puede reciclar convirtiéndolo en compuestos de valor agregado con la ayuda de la energía solar, a través de un proceso llamado conversión fotocatalítica.
El dióxido de titanio (TiO₂), un semiconductor, se utiliza en esta reducción como fotocatalizador para acelerar la reacción.
Una nueva revisión de la literatura presenta información sobre la conversión fotocatalítica de CO₂ (PCC) y analiza una variante modificada del TiO₂, TiO₂ nanoestructurado.
Si bien el TiO₂ convencional es económico, duradero, fácilmente disponible y respetuoso con el medio ambiente, tiene una capacidad limitada para absorber la luz visible, que es necesaria para la fotocatálisis del CO₂. Además, los agujeros de electrones generados en los semiconductores convencionales no son muy estables.
Estas cualidades impiden su aplicación práctica. Continuamente se realizan esfuerzos para mejorar los semiconductores existentes. La modificación de la estructura del TiO₂ para generar TiO₂ nanoestructurado es una de esas mejoras que se está estudiando.
Foto de la American Public Power Association en Unsplash
- ¿Por qué es importante?
Los requisitos energéticos mundiales siempre van a aumentar a medida que nos desarrollamos, y las industrias terminan utilizando combustibles fósiles para cumplir con estos requisitos, liberando CO₂ y degradando aún más el medio ambiente.
El CO₂ es un gas de efecto invernadero que ha contribuido en gran medida al calentamiento global y continúa haciéndolo. El PCC es un procedimiento limpio que no solo reduce el CO₂ del medio ambiente, sino que también produce energía: los compuestos formados a través del PCC se pueden utilizar como combustible o para otros fines.
Esta doble ventaja es muy prometedora para combatir el calentamiento global al tiempo que promueve el desarrollo.
Refinar este proceso puede ser muy ventajoso para el desarrollo sostenible.
CONCLUSIÓN CLAVE: El PCC es un proceso económico y sostenible que puede reducir los niveles de CO₂ atmosférico al tiempo que satisface las necesidades energéticas de un mundo en desarrollo. Los esfuerzos adicionales pueden hacer que este proceso sea industrialmente aplicable y eficiente.