Los desafíos de la financiación de la mitigación del metano en la gestión de residuos
El metano es una de las principales causas del calentamiento global, y el sector de los residuos contribuye de forma significativa a su producción. El biogás y el biometano ofrecen una alternativa sostenible al gas natural, pero la financiación es un reto. En un evento paralelo a la COP29, los expertos analizaron esta cuestión en profundidad.
La urgencia de abordar las emisiones de metano nunca ha sido más clara. El metano, un potente gas de efecto invernadero, representa aproximadamente el 30% del calentamiento global desde la era preindustrial, y el sector de los residuos contribuye significativamente a su liberación. El biogás y el biometano ofrecen una alternativa sostenible al gas natural, con el potencial de mitigar las emisiones de metano al tiempo que se generan energía renovable. Sin embargo, a pesar de la promesa de la tecnología de digestión anaeróbica (DA), la financiación de estos proyectos sigue siendo un gran desafío.
Estas cuestiones ocuparon un lugar central en un evento paralelo a la COP29 organizado por la Asociación Mundial de Biogás (WBA) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA). El debate destacó las barreras, las oportunidades y las intervenciones políticas necesarias para liberar el potencial del biogás y el biometano en la lucha contra las emisiones de metano a nivel mundial.
Artículo relacionado: Noticias de Bakú: Todo es cuestión de dinero
El caso del biogás y el biometano
El biogás se produce mediante digestión anaeróbica, un proceso en el que los residuos orgánicos se descomponen en ausencia de oxígeno, lo que da lugar a biogás (una mezcla de metano y dióxido de carbono) y digestato (un subproducto rico en nutrientes). El biogás mejorado, o biometano, puede sustituir al gas natural en la calefacción, la generación de electricidad y el transporte. Más allá de la generación de energía, la digestión anaeróbica ofrece beneficios ambientales adicionales, como la reducción de las emisiones de metano procedentes de la descomposición de residuos orgánicos en vertederos y la oferta de una alternativa sostenible a los fertilizantes sintéticos mediante el uso de digestato.
A nivel mundial, los desechos orgánicos representan más del 50% del total de desechos en la mayoría de las regiones, pero 2.700 millones de personas carecen de acceso a la recolección formal de residuos. La captura y el procesamiento de estos desechos mediante digestión anaeróbica podrían tener un impacto transformador. Según la WBA, capturar solo el 50% de los desechos alimentarios podría reducir 20 millones de toneladas de metano al año.
A pesar de su potencial, la tecnología del biogás se enfrenta a importantes barreras de financiación, como destaca Charlotte Morton, directora ejecutiva de la WBA. Las industrias verdes como el biogás están en desventaja debido a los elevados subsidios que se otorgan a las industrias de combustibles fósiles, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima en 7 billones de dólares anuales.
Esto crea una falta de igualdad de condiciones, lo que dificulta la competencia de los proyectos de energía renovable. A diferencia de los proyectos solares o eólicos, las iniciativas de biogás se perciben como inversiones más riesgosas debido a las complejidades de la gestión de residuos y la generación de ingresos de múltiples fuentes.
Anja Schwetje, de ISWA, destacó los desafíos que supone movilizar capital para proyectos de biogás, en particular para iniciativas de menor escala. El sector de los residuos a menudo carece de los incentivos financieros necesarios para que los proyectos de mitigación del metano resulten atractivos para los inversores.
Las condiciones actuales del mercado favorecen los métodos de eliminación baratos, como el vertido en vertederos, que no tienen en cuenta los costes ambientales y sociales de las emisiones de metano. Mientras tanto, los proyectos de biogás deben sortear un panorama financiero complejo que implica múltiples flujos de ingresos, desde las ventas de energía hasta la producción de fertilizantes orgánicos.
Artículo relacionado: Biometano: camino alejándose de los combustibles fósiles
El papel de las políticas y las contribuciones determinadas a nivel nacional
Las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) en el marco del Acuerdo de París son herramientas fundamentales para integrar la gestión de residuos y la reducción del metano en las estrategias climáticas nacionales. Sin embargo, como destacó Martina Otto, de la Coalición por el Clima y el Aire Limpio (CCAC), la gestión de residuos suele seguir siendo una prioridad menor en las CDN, a pesar de su importante potencial de mitigación. Es esencial contar con objetivos ambiciosos y planes de inversión claros en el marco de las CDN para impulsar la acción.
El Compromiso Mundial sobre el Metano, para el cual el CACC proporciona servicios de secretaría, que cuenta con el apoyo de más de 180 socios, tiene como objetivo catalizar la acción en materia de mitigación del metano. Otto destacó la importancia de respetar la jerarquía de residuos, desde la prevención hasta el reciclaje y el compostaje, para maximizar los beneficios climáticos de la gestión de residuos. También señaló que, si bien existen oportunidades de negocio en todos los aspectos de la jerarquía de residuos, la mayoría de las inversiones actualmente se destinan a la incineración en lugar de a prácticas de reducción del metano.
Artículo relacionado: La cuestión de los residuos en la agenda de la COP29