Final para un riesgo para la salud: no más nafta con plomo
Por FuturENVIRO
La erradicación oficial del uso de la gasolina con plomo evitará más de 1,2 millones de muertes prematuras y ahorrará US$ 2,45 billones al año. Este hito se logra tras a una campaña de 19 años liderada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y sus aliados. El PNUMA insta a los países a acelerar el despliegue de vehículos de cero emisiones para mitigar aún más la contaminación del aire y el cambio climático. El uso de la gasolina con plomo llegó a su fin en todo el mundo luego de que este combustible altamente contaminante se dejara de ofrecer en las estaciones de servicio de Argelia en julio pasado. Este hito global se alcanza tras una campaña de casi dos décadas de la Alianza para combustibles y vehículos limpios liderada por el PNUMA.
Desde 1922, la adición de tetraetilo de plomo a la gasolina con el fin de mejorar el rendimiento de los motores se ha convertido en una catástrofe para el medio ambiente y la salud pública. En la década de 1970, casi toda la gasolina producida en el mundo contenía plomo y, en 2002, cuando el PNUMA comenzó su campaña para eliminar el plomo en la gasolina, esta era una de las amenazas ambientales más graves para la salud humana.
La erradicación mundial del uso de la gasolina con plomo se logró este año, luego de que este peligroso metal contaminara el aire, el polvo, el suelo, el agua potable y los cultivos alimentarios durante la mayor parte de un siglo.
La gasolina con plomo causa enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer. También afecta el desarrollo del cerebro humano, especialmente de los niños. Estudios sugieren que la exposición a este contaminante puede reducir el coeficiente intelectual (CI) entre 5 y 10 puntos. Se ha estimado que prohibir el uso de gasolina con plomo evita más de 1,2 millones de muertes prematuras al año, aumenta el CI de los niños, reduce las tasas de delincuencia e implica ahorros de hasta US$ 2,45 billones para la economía mundial.
“La aplicación exitosa de la prohibición de la gasolina con plomo es un gran hito para la salud mundial y para el medio ambiente”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
«Después de un siglo de muertes y enfermedades que afectaron a cientos de millones de personas y degradaron el medio ambiente mundial, estamos determinados a enderezar la trayectoria de la humanidad con una transición acelerada hacia la movilidad eléctrica y el uso de vehículos limpios», añadió Andersen.
En la década de 1980, la mayoría de los países de ingresos altos habían prohibido el uso de la gasolina con plomo, sin embargo, en 2002, casi todos los países de ingresos bajos y medianos —incluidos algunos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)— todavía utilizaban gasolina con plomo.
La Alianza para combustibles y vehículos limpios (PCFV, por sus siglas en inglés) es una asociación público-privada que reunió a todas las partes interesadas al brindar asistencia técnica, crear conciencia, superar los desafíos y la resistencia de los comerciantes del petróleo y productores de plomo locales, e invertir en mejoras en las refinerías.
El Dr. Kwaku Afriyie, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Ambiental de Ghana, dijo: “Cuando la ONU comenzó a trabajar con gobiernos y empresas para eliminar gradualmente el plomo de la gasolina, las naciones del África subsahariana aprovecharon con entusiasmo esta oportunidad. Ghana fue uno de los cinco países de África Occidental que se unieron a los primeros talleres y declaraciones subregionales. Tras las campañas en los medios de comunicación de la alianza, los informes, los estudios, la exposición de las ilegalidades y las pruebas públicas realizadas para revelar los altos niveles de plomo en la sangre de la población, Ghana se mostró cada vez más decidida a liberar su combustible de plomo».
A pesar de este progreso, la flota de vehículos global, en rápido crecimiento, continúa contribuyendo a las amenazas de la contaminación del aire, el agua y el suelo, así como a la crisis climática global. El sector del transporte es responsable de casi una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto de invernadero relacionados con la energía y se prevé que esta proporción aumente a un tercio para 2050.
Si bien muchos países ya han comenzado la transición hacia la movilidad eléctrica, 1.200 millones de vehículos nuevos entrarán en las carreteras en las próximas décadas, y muchos de ellos utilizarán combustibles fósiles, especialmente en los países en desarrollo. Además, millones de vehículos usados de mala calidad podrían ser exportados desde Europa, Estados Unidos y Japón a países de ingresos medios y bajos, una práctica que contribuye al calentamiento del planeta y la contaminación del aire, y tiene vínculos con la incidencia de los accidentes de tránsito.
«El hecho de que una alianza multisectorial respaldada por la ONU haya podido librar al mundo de este combustible tóxico, es testimonio del poder del multilateralismo para mover el mundo hacia la sostenibilidad y un futuro más limpio y verde», dijo la directora ejecutiva del PNUMA.
«Instamos a las mismas partes interesadas a inspirarse en este enorme logro para garantizar que, ahora que tenemos combustibles más limpios, también adoptemos mejores estándares vehiculares a nivel mundial: la combinación de combustibles y vehículos más limpios puede reducir las emisiones en más de 80%», dijo Andersen.
Si bien el mundo ha eliminado la mayor fuente de contaminación por plomo, aún se necesitan acciones urgentes para detener la contaminación por este metal proveniente de otras fuentes, como las pinturas, las baterías y los artículos domésticos que contienen este tóxico.
Se espera que el fin de la gasolina con plomo apoye el cumplimiento de múltiples Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos el de salud y bienestar (ODS3), agua limpia y saneamiento (ODS6), energía asequible y no contaminante (ODS7), ciudades y comunidades sostenibles (ODS11), acción por el clima (ODS13) y la vida de ecosistemas terrestres (ODS15). También ofrece una oportunidad para restaurar ecosistemas, especialmente en entornos urbanos que han sido particularmente degradados por este contaminante tóxico. Finalmente, es un gran progreso previo al Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, que se celebra el 7 de septiembre.
Fuente: UNEP