transición ecológica: futuro esperanzador para el reciclaje de RAEE de iluminación

Por Pilar Vázquez, directora general de Fundación ECOLUM. La prensa nos llena los oídos de titulares, todos hablamos de sostenibilidad y economía circular. La pregunta clave es ¿qué importancia toma ahora esto de la sostenibilidad en un sector profesional como el del material eléctrico, y con vistas a una rehabilitación y renovación de edificios verdes y conectados?

Los profesionales de las instalaciones técnicas están habituados a trabajar dentro del contexto de la construcción, siguiendo procedimientos lineales. Ahora, con la irrupción de la Economía Circular debería ser un factor diferenciador. Aquellos que apuesten por ofertar, instalar y mantener proyectos bajo criterios circulares encontrarán un cliente comprometido, que quiere mejorar la etiqueta energética de su vivienda.

Sin embargo, falta mucha divulgación y formación para que estos profesionales. Si lo englobamos en la Construcción, incluso en todo el tejido económico español, el desconocimiento es patente. Hubo un informe elaborado en 2021 por la Cámara de Comercio de España y la Fundación Mapfre que pone de manifiesto que el 54% de las pymes españolas no sabe qué es la Economía Circular, y apenas el 21% la tiene en cuenta para “ecodiseñar” sus productos.

Seamos sinceros, esto es un jarro de agua fría para todos los que trabajamos y creemos en la Circularidad de la Economía y en que los residuos dejen de llamarse residuos y se denominen recursos. El margen de mejora, de divulgar y promocionar los beneficios del reciclaje es enorme. Y en el caso que nos atañe a la Fundación ECOLUM, que trabajamos con residuos de aparatos eléctricos y electrónicos provenientes de instalaciones de alumbrado, de interiorismo, de aparellaje eléctrico, energías renovables, etc., el recorrido es amplio.

Seguimos con la “ley de mínimos”, de cumplir con la Ley pero no implicarnos en mucho más. Sin embargo, hay un campo amplísimo de oportunidades, de diferenciación, de nicho de mercado especialista en el amplio sector de la Construcción: transitar hacia un modelo de edificación circular, con una visión no limitada en cumplir con lo obligatorio, nos hará ser más competitivos y diferenciadores en industrias, negocios, proyectos, etc.

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El colectivo de instaladores profesionales, de ingenierías, me han manifestado en multitud de ocasiones que la diferencia entre construir/instalar de forma lineal, a hacerlo bajo criterios circulares, es apenas un 20% de incremento de costes. Siendo así ¿qué tenemos que hacer los profesionales del reciclaje, de los SCRAPs, para atraer más creyentes a nuestra forma de entender el mundo de la instalación técnica.

En paralelo, nos llega una lluvia de millones de los fondos de recuperación, los conocidos como Next Generation EU. Fondos que prevén todas las actuaciones en vivienda, en regeneración urbana, en programas de rehabilitación energética e integral de viviendas donde mejorar la etiqueta energética de los inmuebles, de nuestros barrios, negocios, etc.

Y la conocida sobrerregulación de infinidad de normativas que complican a los fabricantes europeos su día a día. Es el caso recientemente, de los criterios de Ecodiseño, las bases de datos Eprel, y otros desarrollos normativos que obligan a los fabricantes a producir equipos que se puedan reintegrar a los procesos productivos infinitamente… mientras los profesionales de la instalación siguen a pie de obra con sus guerras de precios y márgenes pírricos.

Los fabricantes han desarrollado protocolos para identificar qué fallos son los más habituales en cada equipo en sistemas de alumbrado público, de modo que permita a los fabricantes que rediseñen sus procesos y productos para ser más modulares a la hora de reutilizar la luminaria, o intercambiar componentes entre luminarias. Conforme pasen los años tendremos más estadísticas para así poder diseñar mejor los productos y que sean más mantenibles, y todo sin perder de vista que los costes se incrementarán.

Desde ECOLUM lo vemos claro: para una empresa instaladora, contemplada dentro del contexto del sector Construcción, va a ser clave su transformación de modelo de negocio lineal a un modelo circular. Si no dan el salto a la edificación circular, no será fácil puntuar en programas de ayudas, concursos públicos, licitaciones, y líneas de crédito públicas. Pronto se exigirá la clasificación de residuos de construcción, demolición, Es decir, rehabilitaciones y retrofit selectivos.

Todos somos conscientes de que la construcción es la responsable de más del 30% de la extracción de recursos naturales y a escala europea, son el 40% de los edificios y las infraestructuras los responsables de las emisiones GEI. Un sector, como el técnico y de instalaciones englobados en la Construcción, muy difícil de abordar, al intervenir demasiados actores, descoordinados, y con intereses distintos de la circularidad. El factor precio se impone en casi todas las obras nuevas o de rehabilitación, y por extensión, los consumidores finales o propietarios de inmuebles, no saben qué huella de carbono tiene dicha propiedad.

Tenemos que repensar cómo enlazar la cadena de valor en esta penúltima etapa: la del constructor, instalador, interiorista, ingeniero, … para que piensen como ya piensan los fabricantes e incluso el cliente final. Un público cada vez más exigente, que quiere por ejemplo consumir alimentos con baja huella de carbono, con animales que vivan en libertad, o las tendencias vegetarianas, veganas, etc.

La sociedad ya ha comenzado a demandar proyectos bajos en carbono, reciclables, donde el impacto ambiental sea mínimo. Desde la Fundación ECOLUM estamos preparados para dar soporte a toda la cadena de valor del sector del material eléctrico y electrónico. Pero abogamos por ser más ambiciosos. Si ahora se fomenta la investigación y la innovación, junto a la formación de los jóvenes en estas nuevas disciplinas, estaremos forjando un futuro prometedor para la Economía Circular.