Las empresas piden a la ONU un tratado vinculante, ambicioso y basado en economía circular para abordar la contaminación por plásticos a nivel global
Esta es la primera vez que los líderes de la industria abogan por una política tan sólida, y el momento es crítico: lo hacen a pocos meses de que los estados miembros de la ONU participen en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) 5.2, donde tienen la oportunidad de negociar un tratado.PAÍS CIRCULAR | 20 ENE 2022 A LAS 6:00 AM
En una declaración previa a la sesión reanudada de la Quinta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA 5.2), que se desarrollará entre el 28 de febrero y el 2 de marzo de 2022 en Kenia, más de 70 empresas e instituciones financieras líderes pidieron esta semana a la ONU la firma de un tratado jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos a nivel global. Entre ellas, se encuentran gigantes de la economía mundial como Coca Cola, Pepsico, Ikea, Henkel, Inditex, Nestlé, Walmart, P&G, Danone, H&M Group o Unilever, además de grandes actores financieros y productores de plásticos y envases.
Si bien los científicos, organizaciones ambientales, gobiernos e incluso muchas de las empresas que ponen envases en el mercado están de acuerdo desde hace años en la necesidad de aprobar una convención o tratado internacional sobre la contaminación por plásticos, esta es la primera vez que los líderes de la industria abogan por una política tan sólida sobre esta materia. La nueva declaración incluye el reconocimiento explícito de la necesidad de reducir la producción y el uso de plásticos vírgenes, y llega a pocas semanas del inicio de la cita en Kenia, donde los estados miembros tendrán una oportunidad crucial para negociar un tratado.
Según señalan las instituciones firmantes en su declaración, “con el respaldo de casi dos tercios de los estados miembros de la ONU, ha llegado el momento de iniciar negociaciones intergubernamentales para un nuevo tratado de la ONU”, agregando que la próxima UNEA 5.2 presenta a la comunidad internacional una oportunidad única para tomar decisiones sustanciales sobre la contaminación plástica.
“Un nuevo tratado de la ONU -afirman- es crucial para establecer un alto estándar de acción común que todos los países deben cumplir, y para impulsar la transición a una economía circular para los plásticos a nivel mundial y a escala. Esto requiere que los gobiernos se alineen con las medidas regulatorias que cubren todo el ciclo de vida de los plásticos, sin limitar el alcance de las negociaciones para abordar solo los desafíos de la gestión de desechos”.
Además, el grupo signatario de este llamado reconoce que el problema de la contaminación plástica es de naturaleza transfronteriza, y que genera impactos negativos significativos en nuestro medio ambiente, sociedad y economía. También, que se necesita urgentemente una respuesta internacional holística y coordinada que aborde los problemas en su origen, para detener de manera efectiva la fuga de plástico en la naturaleza. “Una economía circular para los plásticos contribuirá a los esfuerzos para abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, al mismo tiempo que generará impactos sociales y económicos positivos”, afirman.
En esa línea, las empreas instan a la ONU a establecer en la UNEA 5.2 un Comité de Negociación Intergubernamental para desarrollar un instrumento internacional ambicioso y legalmente vinculante sobre la contaminación plástica. Y que este, además, incluya políticas tanto upstream (“aguas arriba”) como downstream(“aguas abajo”) con el objetivo de mantener los plásticos en la economía y fuera del medio ambiente, reducir la producción y el uso de plástico virgen, y desvincular la producción de plástico del consumo de recursos fósiles.
Además, piden que establezca una dirección clara para alinear a los gobiernos, las empresas y la sociedad civil en torno a una comprensión común de las causas de la contaminación plástica y un enfoque compartido para abordarlas. Para las empresas y los inversores -afirman-, esto crea un campo de juego equitativo y evita un mosaico de soluciones desconectadas, al tiempo que establece las condiciones propicias adecuadas para hacer que una economía circular funcione en la práctica y a escala.
“Es la primera vez que tantas empresas líderes se han unido y han pedido un tratado jurídicamente vinculante y sólido, que establezca normas y reglamentos comunes (…) Esta declaración envía una poderosa señal a los responsables políticos de que ahora tienen una oportunidad sin precedentes para cambiar el rumbo de la contaminación por plástico”Andrew Morlet, director general de la Fundación Ellen MacArthur.
Y como tercer punto, plantean que el tratado proporcione una estructura de gobernanza sólida para garantizar la participación y el cumplimiento de los países, con definiciones comunes y estándares armonizados aplicables a todos. Esto -plantean- facilita las inversiones para escalar innovaciones, infraestructuras y habilidades en los países e industrias que más necesitan apoyo internacional.
“Estamos en un momento crítico para establecer un ambicioso tratado de la ONU que fomente la colaboración para soluciones sistémicas y acelere la transición a una economía circular a nivel mundial. UNEA 5.2 es el momento decisivo y más auspicioso para cambiar el rumbo de la crisis mundial de contaminación plástica. No podemos darnos el lujo de perdérnoslo”, afirma el grupo signatario de la petición.
Momento clave
La declaración se produce tras la publicación de un informe en 2020 por parte de la Fundación Ellen MacArthur, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Boston Consulting Group (BCG), en el que se exponen los argumentos empresariales a favor de un tratado. Ese informe se centraba en cómo un tratado debería detener el problema de la contaminación por plásticos antes de su inicio, establecer normas mundiales y apoyar a todos los países e industrias para que desempeñen su papel.
Es también una constatación sobre la gravedad de nuestra actual crisis del plástico, que merece esfuerzos globales inmediatos y concertados que aborden el problema en su raíz y a lo largo de su ciclo de vida, en línea con la visión de una economía circular para los plásticos. La presión sobre la comunidad internacional para lograr un tratado jurídicamente vinculante ha ido en aumento: más de dos millones de personas de todo el mundo han firmado una petición de WWF, y más de tres cuartos de los Estados miembros de la ONU también han respaldado estos reclamos.
Además, está fuertemente alineada con una resolución para establecer un mandato de negociación de un nuevo tratado que ha sido presentado para la próxima UNEA por un grupo de 42 países, liderados por Ruanda y Perú. Sin embargo, preocupa que otros estados puedan apoyar un mandato menos ambicioso. Los debates sobre el alcance y la ambición del tratado propuesto están en curso, y serán fundamentales para determinar si el tratado podrá cumplir el objetivo de eliminar la contaminación por plásticos.
Al respecto, el director general de la Fundación Ellen MacArthur, Andrew Morlet, afirmó que “la contaminación por plásticos no se detiene en las fronteras, es un problema global que requiere que las empresas y los gobiernos trabajen juntos en soluciones globales. Hoy es la primera vez que tantas empresas líderes se han unido y han pedido un tratado jurídicamente vinculante y sólido, que establezca normas y reglamentos comunes, que establezca la igualdad de condiciones y que cree las condiciones necesarias para ofrecer soluciones globales coordinadas. Esta declaración envía una poderosa señal a los responsables políticos de que ahora tienen una oportunidad sin precedentes para cambiar el rumbo de la contaminación por plástico”.
Por su parte, el director general de WWF Internacional, Marco Lambertini, dijo que “necesitamos una transformación en la ambición y la acción en la forma de fabricar, utilizar y reutilizar el plástico. Ya no se trata de si necesitamos un tratado sobre la contaminación por plásticos, sino de cómo debe ser este tratado para hacer frente a la crisis actual de contaminación por plásticos, que sigue siendo una constante. Estas empresas piden a los gobiernos que acuerden un conjunto de normas y reglamentos mundiales jurídicamente vinculantes, que incluyan el reconocimiento explícito de la necesidad de reducir la producción y el uso de plástico virgen. Aprovechemos ahora el impulso que estamos viendo entre las empresas, los gobiernos y la sociedad civil para conseguir un tratado fuerte y ambicioso en la UNEA”.