Seis razones para culpar a la contaminación por plásticos del cambio climático
Un artículo de fondo elaborado para el Banco Mundial por: Nina Tsydenova. Departamento de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Economía Azul, Banco Mundial. Pawan Patil. Banquero del campo del desarrollo, economista y emprendedor social, Universidad de Harvard, Universidad de Oxford y Escuela de Economía de Londres.
¿Cuál es el vínculo entre los plásticos y los huracanes Sandy y Katrina en Estados Unidos, el derretimiento de los glaciares en la Antártida, las olas de calor en el verano y la erosión de las zonas costeras en Australia, y otros desastres naturales que nos afectan con mayor frecuencia? Culpamos al cambio climático por ello. Sin embargo, la contribución de los desechos plásticos y de la industria de los plásticos al cambio climático suele ser menos conocida o, lo que es peor, ignorada.
Los desechos plásticos nos rodean: se encuentran en el aire que respiramos, en los hielos glaciares del monte Everest, en el agua que bebemos, en los peces que comemos e incluso en la placenta humana (i), como se descubrió recientemente. Los plásticos también tienen impactos negativos indirectos a lo largo de su ciclo de vida, cuyas consecuencias no son visibles ni obvias.
- Extracción y producción: la mayoría de las personas no se da cuenta de que los plásticos se originan en los combustibles fósiles. De hecho, la industria del plástico representa alrededor del 6 % (PDF, en inglés) del consumo mundial de petróleo y se espera que llegue al 20 % para 2050. Como resultado, debido a los procesos de uso intensivo de energía necesarios para extraer y destilar petróleo, la producción de plásticos genera enormes cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) (PDF, en inglés).
- Consumo: la mayoría de las personas piensa que cuando los plásticos se desechan en los contenedores de reciclaje, se eliminan. Pero esto no sucede: solo el 9 % se recicla a nivel mundial y el resto se vierte en el medio natural. De hecho, Asia meridional es una de las regiones que genera mayor cantidad de residuos plásticos, desechando más de 26 millones de toneladas a diario. Asia meridional es también el lugar del mundo donde se vierte el mayor porcentaje de residuos a cielo abierto: el 75 % (i).
- Fin del ciclo de vida: si no se reciclan ni desechan de manera controlada, los residuos plásticos generan emisiones de GEI cuando están expuestos a la radiación solar tanto en el aire como en el agua. Alrededor de 18 millones de toneladas (i) de plásticos originados en Asia meridional no se gestionan adecuadamente y, en consecuencia, llegan el océano, donde emiten metano y etileno (i) debido a la exposición a la luz solar. El polietileno es el mayor emisor de ambos gases y es el polímero sintético que más se produce y desecha en el mundo.
- Reciclaje y cierre del ciclo: aunque el reciclaje podría reducir significativamente el impacto de la contaminación por plásticos en el medio ambiente y su contribución al cambio climático, solo el 5 % del total de desechos generados en Asia meridional se recicla. Los principios de economía circular AIR (i) -evitar, interceptar, rediseñar- aplicados al cemento, el aluminio, el acero y los plásticos podrían reducir las emisiones combinadas de estas industrias en un 40 % (i).
- Basura marina: cada minuto se vierte en el océano el equivalente a un camión de basura de residuos plásticos. Es una cantidad monstruosa. La contaminación generada por los plásticos en el mar se descompone en microplásticos y contribuye al cambio climático tanto a través de las emisiones directas de GEI como de manera indirecta al afectar negativamente a los organismos oceánicos. El plancton secuestra entre 30 % y 50 % (i) de las emisiones de dióxido de carbono procedentes de actividades antropogénicas, pero después de ingerir microplásticos su capacidad para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera disminuye.
- Quema a cielo abierto: la quema al aire libre es una práctica común de tratamiento de los desechos (PDF, en inglés) en Asia meridional y en el mundo en desarrollo. La cantidad de desechos que se queman en India y Nepal en conjunto representa el 8,4 % de los residuos que se queman en todo el mundo. La quema de residuos en fuegos al aire libre genera un contaminante atmosférico grave, el carbono negro (i), y es responsable de la mitad del esmog visible en ciudades como Nueva Delhi (i). El potencial de calentamiento global del carbono negro es hasta 5000 veces mayor que el del dióxido de carbono.
Los impactos de los desechos plásticos mal gestionados en el clima, así como en los medios de subsistencia y los ecosistemas, son un desafío de desarrollo urgente.
Los impactos de los desechos plásticos mal gestionados en el clima, así como en los medios de subsistencia y los ecosistemas, son un desafío de desarrollo urgente. Para resolver este problema, se necesitan enfoques de economía circular específicos e innovadores. Un enfoque de economía circular comienza en la etapa de diseño del producto y en la selección de las materias primas con el objetivo de desarrollar productos optimizados para su reutilización, creando «recursos renovables» y minimizando la necesidad tanto de la eliminación final de los desechos como de la extracción de materiales vírgenes.
La buena noticia es que cada vez hay más ejemplos que se implementan en Asia meridional. En India, en todas las estaciones ferroviarias se podrá servir té próximamente (i) en tazas de arcilla biodegradables y ecológicas en lugar de tazas de plástico. La seda de araña (i) y las algas marinas (i) pueden reemplazar el plástico en diversas aplicaciones, como las bolsitas desechables, que representan el 50 % (i) de todos los residuos plásticos domésticos. En Maldivas, una novedosa colaboración (i) entre Parley for the Oceans y Adidas está incorporando plásticos marinos reciclados en la cadena de suministro mundiales de ropa deportiva. Este tipo de innovaciones y alianzas nos muestran que existen soluciones innovadoras para los plásticos marinos y el cambio climático, y que pueden ampliarse.https://streamable.com/e/836tfc
LOS AUTORES. Nina Tsydenova. Departamento de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Economía Azul, Banco Mundial. Pawan Patil. Banquero del campo del desarrollo, economista y emprendedor social, Universidad de Harvard, Universidad de Oxford y Escuela de Economía de Londres.